Educación, una palabra de ocho letras que ahora está en boca de todos. Una palabra a la que puedes darle todas las vueltas que quieras. Noicaude, eduonica, acuideon, iadecuon...Pero sigue significando lo mismo, aunque por lo visto muy poca gente llega a su total comprensión y más importante asimilación y aplicación.
Dicha palabra ha reinado, sufrido, masacrado, padecido, resurgido, hasta desaparecido. Ha sido utilizada para miles y miles de fines, de los cuales la inmensa mayoría no guardan relación alguna con la educación, sino con otros conceptos que mejor dejarlos al margen.
Creo que el momento ha llegado. El momento de definir una meta para este largo camino educativo. Un verdadero fin. Un propósito. Y este es mi momento, mis 500 palabras para crearlo, publicarlo y compartirlo.
La educación en su totalidad pienso que es la transmisión de conocimientos, costumbres, valores. Pero atención, con transmisión no me refiero a engullir y más tarde vomitar información, como se hacía en décadas pasadas, sino hacer que la asimilen e interioricen haciéndola suya. La educación, como varios compañeros dicen y con los que estoy de acuerdo, debería tener como propósito la formación tanto académica como moral de la persona, como individuo único. Con esto me refiero a que cada ser es un mundo, tendrá sus carencias y sus virtudes, sus pros y sus contras, por lo que un buen educador debería saber aplicar y adaptar los conceptos a dicha persona, facilitar el aprendizaje en todo momento. En estos tiempos que corren se busca una educación cercana, personalizada, se busca un vínculo entre profesor y alumno aunque ambos en sus respectivos roles. Se busca que la educación muestre una cara amena e interactiva para que los alumnos se estimulen, viéndolo como algo positivo e incluso entretenido.
También se persigue que el alumno sea capaz en un futuro de tomar sus propias decisiones, ser crítico con el mundo que le rodea y saber tomar la mejor dirección posible. El poder hacerle frente a diversas competencias y salir ganando en la batalla. Conseguir un buen futuro laboral acorde a sus gustos y habilidades. El sueño de cualquiera.
Aunque tampoco debemos olvidarnos del significado moral de la educación. Últimamente está muy presente en debates sobre la enseñanza, como por ejemplo el que trata sobre los diferentes roles de maestros y padres con respecto a la educación. Si realmente el origen de la enseñanza se da en casa o en la escuela. ¿Mi opinión? Que en casa es donde un niño da sus primeros pasos, donde distingue lo que está bien de lo que está mal, donde empareja significado con significante…y si esa base falla, el niño tendrá en un futuro ciertas dificultades que otros no tendrán. Creo que el maestro, sin llegar al estatus de padre, debería esforzarse más con ese niño y preocuparse de que salga adelante a pesar de sus carencias.
En conclusión, y reafirmando lo que he dicho al principio, la educación está aún en proceso de definición. Aunque sea una palabra simple puede llegar a encerrar una alta complejidad.
Rocío Font Peñalver.
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